sábado, 13 de noviembre de 2010

Subiendo "La montaña sagrada"

Debo confesar que estás dos semanas de ausencia en este espacio han sido por depresión, y para quién me siga por medio de este espacio (que yo no se si exista un alma que de hecho haga tal cosa), mis más sentidas disculpas.

Ahora me ocuparé de el título de esta entrada. Después de que mi profesor de taller de lectura y redacción me regaló esta película, debo decir dos cosas: primera, tardé mucho tiempo en decidir verla; segunda, pese a que me declaro cinéfilo, no había visto nunca una película de Alejandro Jodorowsky.

"La montaña sagrada" es un trabajo fílmico poderoso, cargado con imágenes llenas todas ellas de símbolos y con una fuerza de tal magnitud que se quedan grabadas en la mente. Mi respeto y admiración al señor Alejandro Jodorowsky, pues "La montaña sagrada" es una película osada, sumamente ingeniosa, y francamente hecha para sacar de quicio a cualquier espectador.

La crítica al cristianismo y su dominio en occidente me parece brillante, se nos presenta de forma tal que tan solo con imágenes, nos quede clara dicha cuestión. Y que decir de la conquista de México, o las dictaduras militares hispanoamericanas, y el capitalismo, que bien nos los describe Jodorowsky, que gran manera de ponerlos en perspectiva, de tachar su maldad, su locura, su sangriento legado.

Pero lo más importante, el proceso que nos lleva a subir a la montaña sagrada es el de los vicios elevados a la virtud ¿cómo?, mediante su renuncia total; lo anterior por supuesto a través del misticismo, de la alquimia "you are excrement, but you can turn into gold" nos dice Jodorowsky.

Sin embargo, después de adentrarnos en su mundo, Jodorowsky es malicioso, pues cuando ya nos tiene en vilo para revelarnos el secreto vital del ascenso nos dice: esto es tan solo un montón de fotogramas muertos, y la realidad esta más allá del alcance de estás imágenes, de estás palabras, está ahí donde te encuentras tú. Y mientras uno se encuentra ahí sentado, estupefacto ante lo que sus ojos ven y sus oídos escuchan, todo termina.

Hay tantas cosas que uno puede describir respecto a esta película, tantos símbolos por descifrar, que yo creo que no basta con verla una vez, y además se necesita un estudio más profundo, por supuesto, de varias páginas.

Por supuesto, antes que nada para ver "La montaña sagrada" hay que estar muy abiertos a lo que se nos muestra, pues Jodorowsky no se queda con nada de lo que le cruza por la mente. Me parece que el hecho de que su difusión no se suscite más allá de ciertos círculos es positivo, ya que se trata de cine lleno de abstracción, de esoterismo, y poner atención a cada detalle es vital, para lo cual se requiere interés, el cual el público en general no necesariamente tiene al ver filmes de ésta naturaleza.

El filme me fascino, auténtico, fuera de sí. Y claro ésta que, pese a lo dicho anteriormente por un servidor, si se ésta dispuesto a ver éste filme, no ésta de más.




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