Después de una frustrante semana, finalmente llego el viernes, y por supuesto que había que aprovechar para relajarse. A mi modo de ver, una de la mejores formas de relajarse es ir al cine, ver una buena película, y verse absorbido por la trama de esta.
"Biutiful" es tal vez la mejor película de Alejandro González Iñarritu, lo digo sin demeritar lo bien hechas que están "Amores perros" "21 gramos" y "Babel". Es un espíritu intenso el que impregna a "Biutiful", y en más de una ocasión pude uno sentirse conmocionado por éste filme. Es un filme que se debate de cierta forma en el surrealismo, sin perder foco de la realidad cruda que presenta. La Barcelona de "Biutiful" es una Barcelona que hiere, que respira sufrimiento, hedor, podredumbre, y eso es algo que hace muy efectiva esta obra maestra. Respecto a lo anterior, yo me hacía a la idea una Barcelona distinta a esta; digamos que al pensar en Barcelona uno imagina las obras de Gaudí, de Miró, el ambiente fresco y relajante de las películas de Almodóvar, o de la reciente "Vicky Cristina Barcelona" de Woody Allen, pero la Barcelona que nos muestra Iñarritu es tan sórdida como el D.F. de "Amores perros". Por otra parte, todas las escenas están llenas de intensidad, de emoción, uno no puede escapar de ellas, esta obligado a sufrirlas, a sentirlas, a vivirlas. Os juro que yo llore en más de una ocasión en la sala de cine, ¿por qué? porque la naturaleza de este filme es romántica, tierna, sincera, desgarradora, es un filme demasiado humano.
Y Javier Bardem, que se puede decir de este gran actor. Ni siquiera en "No country for old men" Javier Bardem llega tan lejos. Esta vez me maravillo la forma en la que se compenetró en la película; su interpretación es tal que Javier Bardem se diluye totalmente en Uxbal, solo nos damos cuenta de su presencia en los créditos. De Uxbal, su personaje, solo puedo decir que me fascino, me sentí hermanado con su condición, y es que todos estamos muriendo, unos más lentamente que otros, pero todos perecemos en nuestro intento por vivir y aprender a vivir. Y en ese intento, nos arrebatan muchas veces de un golpe las fuerzas, de la manera más impía, más cruel. Al final solo nos queda la resignación del no ser junto a la esperanza de seguir siendo, de encontrarnos al final con aquellos recuerdos que nunca fueron y que tanto añoramos.
Más de este filme no me atrevo a revelar yo, pues si alguien lee esto y aún no ha visto el filme debe verlo. Y si al final de cuentas, la vida es "Biutiful", de esa forma, no hay necesidad de corregirle tal como el título nos muestra y la vida nos revela, en ella hay que amar hasta que duela.
Debo decir, por no dejar, que Cannes hizo bien en darle 10 minutos de aplausos a esta obra maestra, que probablemente debió darle su prestigiosa "Palm d'or", y que el premio a Javier Bardem es inexpugnable. "Biutiful", aunque a mi parecer no es mexicana en lo absoluto, va a ser una digna representante, y me arriesgo decir que es la futura ganadora del Oscar a mejor película extranjera; claro que después del Oscar a mejor película a "Chicago" yo desconfío con absoluta razón del juicio de la Academia de Hollywood. De cualquier forma cuando una película es buena trasciende dichas cuestiones, y "Biutiful" no es buena, sino que es una obra maestra.
La verdad, denle un gran aplauso cuando vayan al cine, porque este trabajo es invaluable, se nota el esfuerzo de toda la producción. Un gusto fue escuchar de nueva cuenta la música de Santaolalla, enhorabuena por otra gran banda sonora.
Por último, ojalá se reconcilien algún día Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñarritu, pues aquella amalgama no deja de ser memorable, y fantástica. Enhorabuena de cualquier forma por Iñarritu, pues simplemente nos ha cautivado a todos, lo cual no está de más.
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