lunes, 28 de marzo de 2011

El discurso del rey

Ganbatte kudasai, pueblo nipón. Empiezo con este sencillo paréntesis uniéndome al dolor y las penurias que embaten al pueblo nipón. Espero que con ese esmero, ánimo, entrega, estoicismo y valentía característicos del pueblo nipón, puedan salir avante como lo han hecho en otras terribles ocasiones. Si pudieron levantarse de la guerra y convertirse en una poderosa nación, podrán volver a hacerlo. 

El elemento discursivo siempre es impactante,  sobre todo si se le concede la emotividad necesaria en el momento preciso. Así sea el discurso de hace unos días del emperador de Japón, Akihito, en estos momentos de oscuridad la ante la catástrofe inminente, o los de George VI aquellos días igualmente amargos del inicio de la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra, el papel del discurso es vital en los momentos más terribles de la vida de un pueblo, y la identidad nacional autentica se acentúa cuando el discurso del líder, en este caso del monarca, esta presente.

Como orador que fui en algún momento de mi vida, puedo confesar que para mi fue conmovedor a un nivel personal ver "El discurso del rey". Es precisamente cuando uno carece de esa confianza personal cuando más difícil resulta enfrentarse a la oratoria. "El discurso del rey" bien se puede resumir en una frase: el  reto de un hombre que ante circunstancias abrumadoras se enfrentó a su destino.

"El discurso del rey" me parece que ante todo el filme imprime con entereza las características de los personajes de la historia que nos cuenta. La destacada actuación de Colin Firth como el rey George VI me fascino,y no, no es necesariamente por los premios oscar, sino porque realmente logró concretar una labor muy completa, pero sobre todo muy ardua. Helen Mirren en "The queen" nos había mostrado con anterioridad la dificultad que implica representar a un miembro de la familia real inglesa, la cual ha sido educada con un rigor estoico ante los varios sufrimientos por los que han tenido que pasar (principalmente los de la Segunda Guerra), y me parece que Colin Firth entendió a la perfección esa misma dificultad de carácter, reflejo de dicha educación que lleva la consigna "duty first" en lo más profundo.

Obviamente no todo se remite a Colin Firth, sino también a la participación de Helena Bonham Carter, que en lo que va de su carrera en el cine me parece una de sus mejores actuaciones, dotada de matices, con la seriedad característica de la Reina Madre, pero a su vez con una calidez inmensa sin dejar por ello de ser sutil. Pero quién realmente da cátedra, con el perdón de Colin Firth, es Geoffrey Rush. Es una relación casi dialéctica la que hay entre la actuación de Colin Firth y Geoffrey Rush, pero es el señor Rush en su papel Mr. Logue, el que le da solidez. Mi crítica no va en detrimento del trabajo de Colin Firth, que como ya he dicho es muy bueno (con las maravillosas gesticulaciones y tartamudeo), pero siento que en el filme el dominio más claro lo tiene Geoffrey Rush, pues lo que hace en pantalla es dominante.

Debo decir a favor de quién en la dirección o producción haya tenido la idea fantástica de utilizar el segundo movimiento de la séptima sinfonía de Beethoven, que fue el remate perfecto para la historia, pues le da un toque de emoción intenso, brutal, que hace que uno se agarre de las butacas del cine por lo emocionante que es. "El discurso del rey", dirigida por Tom Hooper (una dirección muy natural y bien llevada debo decir) si bien es cierto que es un filme en la órbita de Hollywood, es un esfuerzo grandísimo que se realizó con un presupuesto ajustado, y hay que decirlo, verlo no está de más.

domingo, 20 de febrero de 2011

"Black Swan" de Darren Aronofsky





Amo los filmes en formato de filme y no digital, la magia de los 35 mm es inigualable. Es una alegría aún mayor ver una película tan bien realizada como la última de Darren Aronofsky. Y es aún más maravilloso cuando la dirección se encumbra al éxito con una actriz tan dedicada y expresiva como Natalie Portman. Me atrevo a afirmar que "Black Swan" es tal vez la película del año. Digo tal vez porque no he visto otra mejor en lo que va del 2011. Ya nos había impresionado Aronofsky con su "Requiem por un sueño", pero en esta ocasión ha superado todos sus límites artísticos de una forma que yo creo ni él mismo vislumbraba.

"Black Swan" es la historia de una chica, Nina (Natalie Portman), que busca interpretar el papel protagónico de "El lago de los cisnes". La dificultad de su tarea consiste en que Thomas (Vincent Cassel), el director de la compañía, desea que la bailarina principal interprete no solo a Odette, sino también a Odile, quién seduce al principe Sigfrido y lo condena a vivir sin el amor de Odette. Nada más complicado que dominar el control y el descontrol sobre uno mismo, y este es precisamente el reto que tiene que enfrentar Nina, mirar hacia su lado oscuro, el cual se encuentra dormido por años de dominación materna. Por si las complicaciones hasta aquí no fueran pocas, a su lucha se suma un catalizador, una bailarina más joven que llena los ojos del director, Lily (Mila Kunis), quién se vuelve parte de la lucha interna de Nina para conseguir su más preciado objetivo.

Hay en "Black Swan" una historia hermosa y trágica, que simplemente se torna sublime mientras uno la disfruta en la sala de cine, con el inigualable toque dramático de la música del maestro Tchaikovsky. A título personal debo decir que hubo momentos en los que simplemente me perdí dentro del filme, y para quién sea sensible considero es inevitable quedar inmerso ante el proceso increíble que se desenvuelve frente a los ojos.

Mención aparte claro está a Natalie Portman, quién desempeño un gran trabajo durante todo el filme. Natalie nunca deja de ser fascinante, pues siempre procura ir por proyectos distintos, arriesgar todo lo que esta de su parte y nunca quedarse con nada. "Black Swan" es uno de los mayores aciertos en su carrera, pues el papel de Nina parece estar hecho a la medida, ella sabe representar muy bien los extremos que el personaje tiene que mostrar en su personalidad, la bella, suave y delicada, y la seductora, apasionada, insaciable. Es muy notorio todo lo exhaustiva que fue la filmación en el esfuerzo actoral de Natalie Portman., que a ratos me parece llega a ser superlativo. Otra mención especial que debo hacer es a Winona Ryder, a quién ya se le extrañaba en las pantallas con su siempre encantadora belleza (aunque en "Black Swan" es más bien su oscura belleza).

En cuanto a la terna de los oscares, que es un tema siempre interesante. Esta película es de muy alta manufactura como para no tomarla en serio como potencial ganadora. Pensar en "Black Swan" es pensar en una obra de arte de muy alta calidad, que habla muy bien de quienes trabajaron en este proyecto. La terna de los oscares por desgracia suele ser intermitente y no se sabe realmente si lo que se va a premiara es lo que merece el premio o lo que es políticamente correcto. Aclaración: nótese que "Black swan" es políticamente incorrecta (sobre todo por las escenas lésbicas de Natalie Portman y Mila Kunis).

Por último y no menos importante, hay que hablar de la valiosa aportación de Vincent Cassel y Mila Kunis en "Black Swan" pues cada uno entendió muy bien su rol. Particularmente Vincent Cassel me pareció espléndido, con esa personalidad altanera, de macho apasionado y terrible. Mila Kunis por su parte me fascinó, sexy, sensual, atrevida, con todos los adjetivos de lo que es una mujer seductora.

"Black Swan" es una película que hay que ver, pero sobre todo admirar, pues es una obra maestra maravillosa, que nos lleva a explorar los rincones más profundos de la creación artística y del ser, y eso, no está de más.




sábado, 15 de enero de 2011

"Hereafter" de Clint Eastwood


Para hablar del más allá se necesita comprender las consecuencias que este concepto tiene en la conciencia colectiva de los del más acá. Peter Morgan, guionista de esta recomendable película lo entiende muy bien.

Primero me gustaría abordar un poco el tema de Peter Morgan, ya que este guión es distinto a sus anteriores guiones. "La reina" y "Frost/Nixon" son películas esencialmente biográficas (si bien sólo abordan un capítulo en la vida de sus personajes), además de políticas, y manejan un nivel de tensión muy alto a lo largo del desarrollo de la historia. Por lo anterior digo que el guión de "Hereafter" es distinto, puesto que no tiene el mismo nivel de tensión, pero si posee mucha intensidad.

No es el mejor trabajo de Clint Eastwood ni de Matt Damon ni de Peter Morgan como director actor y guionista respectivamente, pero es un bonito trabajo, hecho con sencillez pero muy bien cuidado. "Hereafter" es una película que uno debe ir simplemente a disfrutar, sin pretenciosas expectativas.

Como decía al inicio, hablar del más allá no es sencillo si consideramos la controversia que puede resultar de una discusión al respecto entre los creyentes respecto a este. Pero la posición desde la que se nos cuentan las historias de "Hereafter" es muy inteligente, no se inmiscuye en ninguna controversia, muy por el contrario, nos hace reflexionar de forma positiva respecto al tema.

Esta historia hecha de historias es hasta cierto punto sencilla: la historia de George Lonegan, un medium de San Francisco atormentado por su don (Matt Damon); la de Marie Leylay, una reportera francesa en busca de respuestas debido a su propia experiencia cercana a la muerte (Cécile de France), y un niño llamado Marcus, que vive en Inglaterra que sufre una gran tragedia y busca una prueba fidedigna de la existencia del más allá (Frankie y George McLaren). A partir de todo esto se desarrolla el filme, hasta que en un punto todo converge de forma ideal.

La parte de la película que más me conmovió fue justamente la historia Marcus, simplemente porque una no puede evitar sentirse acongojado ante la tragedia, y menos si es un niño el que la sufre (aunque sea en el celuloide). La historia del personaje de Matt Damon, George, esta construida de una forma muy inteligente, pues su personaje tiene una vida miserable pero sin rayar en lo trágico, lo que no implica que sea más sencilla su tarea de revalorizarse a si mismo.  Marie tiene la vida perfecta, excepto por el hecho de que no es así, lo que nos remite a la pregunta eterna ¿que´necesitamos para despertar a la vida? ¿acaso hay que morir un poco?

Los planteamientos en esta película son todos muy interesantes, con lo que en mi opinión, sin ser necesariamente la película del año, es una obra recomendable, hecha para disfrutar y reflexionar sobre un aspecto que siempre nos atañe: si es que hay algo después de la muerte ¿que hay más allá? No está de más.

viernes, 31 de diciembre de 2010

El tiempo, que nunca es tiempo

En nuestro afán por contar los días y las horas que transcurren, las transcurridas y las que quién sabe si están por transcurrir, le damos nombre al tiempo, que nunca es tiempo.

Y quién sabe si nosotros realmente somos o no somos más que una invención nuestra al igual que el tiempo que pasa se aleja y nos deja, y nos supera porque ya es antes de llegar. El tiempo nunca fue tiempo y nosotros no somos ya los mismos.

 Así medimos neciamente los años, y ahora hasta las décadas, aferrándonos a ser a toda costa, sin fin visible en el horizonte. Quisiera decir ¡así se va el 2010!, ¿pero cuando vino?, así se va esta década ¿pero realmente fue esta una era como todos pretenden?. No, no hay nada aquí de lo que me este despidiendo, es más bien la continuidad de un tiempo que no es tiempo.

Pretendiendo que las cosas son, digamos pues que fue un buen año, con días difíciles y otros de absoluta felicidad. 

A la década, si es que existe tal cosa, la despido como una bella época, de películas maravillosas. 

Cómo olvidar a la soñadora Amelié Poulin, o aquel viaje de memorias perdidas de Jim Carrey y Kate Winslet. 

Nunca podre olvidar el día en que me perdí en Tokio, sea por el idioma o por la solitaria torre de Babel ahí edificada.

Y que decir de la espera infinita para saber que sucedería con aquel anillo que nos gobernó a todos por varias horas en la oscuridad de la sala, o la historia de ese mago "desadaptado" que los literatos desprecian pero que igual entretuvo a una generación (la mía, por cierto).

No olvidaré las aventuras de ese simpático pirata que nos llevo a navegar al fin del mundo, y que otro día nos hizo llorar llevándonos a la tierra de nunca jamás.

Rememoro los viajes increíbles en el inexistente tiempo del que les he hablado, los días que precisamente nunca fueron días para el señor Botón (Button pues) que nació siendo viejo y cuya noche en realidad fue día y viceversa.


Me alegró mucho también conocer esa tierra de fantasía a la que llaman Narnia, pero si de viajar hablamos por que no hacerlo desde una escafandra con la libertad de una mariposa, o por medio de un castillo que gusta de ser vagabundo.

Cuando las películas nos hacen recordar otras vidas, no hay nada más dramático que saber que todo ello acaso alguna vez le sucedió a alguien, como la maravillosa historia de aquel gorrión que un día alegro los campos elíseos, o la triste historia de aquel hombre que lo único que quería era poder seguir tocando el piano aún después de ver transcurrir los días más cruentos de un siglo.

Tal vez esas personas aprendieron que el pez más grande es aquel que nunca se dejo atrapar, aquel que se le ocurrió hacer una fantástica fábrica de chocolate.

Hubo días para una violencia poética, de katanas vengadoras y nazis salidos de la ficción más desequilibrada posible.


Otros días fueron para la violencia terrible, perdida en Texas o entre pnadillas de la gran manzana, digo, New York.


Y que decir de la violencia salida del comic, tan poco notables las telarañas pero tan genial el risueño psicopata enemigo de los murciélagos.


Otros días la violencia fue descontento, fue ocasión para rezar por los hijos de los hombres, para buscar la libertad al ritmo de Tchaikovsky y una gran explosión.


La fortuna nos fue hecha para todos, el amor puede verse muy de cerca, pero al final estar muy lejos; sobre todo cuando se tiene un alma tan ligera como de ventitantos gramos.

Buona fortuna signora Malena, buena fortuna a todos  es tal vez lo único que podemos desear para los otros, en este mundo que es más extraño que cualquier ficción.


En toda ficción, por ficticia o real que esta sea, los amigo son imprescindibles, no hay nada como ser una amigo fiel hasta el final.

Me tardaría otra década (si es que eso existe) en contar las aventuras vividas, aunque sea en la ficción, pero eso si, bien vividas. 

A destacar entre la ficción de micropantalla a mi amigo el doctor cojo y misántropo, mi nuevo amigo el alien ebrio y de sexualidad ambigua, y muchos otros amigos al igual de la ficción.


No, no olvido a mis amigos "los de carne", pero esa es otra historia, o sea, otra ficción que no es ficción.

Y que buen año,después de todo, si es que a esta ficción se le puede llamar año, pues pude ver a mi ídolo Paul McCartney, aunque sea de lejecitos, pero lo vi.

En esta pretensión vanidosa de nosotros los seres humanos de medir el tiempo que ya no es tiempo y que nunca lo fue, a quién lea esto (y a quién no también) le deseo la mejor de las suertes en el año "venidero". 

sábado, 11 de diciembre de 2010

Una tarde para el "Nowhere boy"

Las personas viven mientras estén en nuestros pensamientos.

Después de mi última entrada en este blog el 8 de diciembre pasado, decidí ir a ver "Nowhere boy", que fue proyectada en la Casa de la Cultura en la ciudad de Puebla. Para mí sorpresa tuve que hacer fila, pues fue mucha gente a verla.

Dicha proyección fue un digno homenaje a John Lennon, precisamente porque "Nowhere boy" nos habla muy íntimamente de John Lennon en los albores de su vida, y nos hace entender con mayor claridad la naturaleza de este único personaje. A costa de su dolor fue que tuvimos la oportunidad otros de disfrutar, pues su arte es la expresión de ese dolor tan profundo y terrible.

"Nowhere boy" es una película que hay que ver, pues es maravillosa y conmovedora hasta las lágrimas. No hay más que decir, salvo que todos aplaudimos al final de la función.

Así transcurrió pues, aquella tarde que culminó con una fría noche. Saliendo de la sala, por alguna razón desconocida me desvié de mi camino y me encontré con la placa que recién había puesto el ayuntamiento en honor a Lennon. Ahí se encontraba un pequeño grupo que había colocado unas velas y flores ante la placa, y al igual había desplegada una lona con la imagen estampada del monumento Strawberry Fields de Central Park, esa que dice Imagine. Me detuve un instante, y entonces un señor de unos cuarenta años dio un sencillo pero emotivo discurso en honor a John Lennon, exhortándonos a todos los presentes a seguir en la búsqueda de la paz mundial que él tanto nos pedía.

Seguí después mi camino, no sin derramar una lágrima, pues fue francamente muy conmovedor aquel suceso. Pensé por un momento en todo aquello que Lennon logró pese a todo aquello que le fue negado, lo cuál siempre hace más difícil pensar en lo abrupto de su asesinato. Así terminó aquella noche, y con ella, mi sincero homenaje recordando a un grande: John Lennon, el nowhere boy, y eso no está de más.



miércoles, 8 de diciembre de 2010

Treinta años sin John Lennon

Terrible es cuando se quiere volver a empezar y la vida se trunca. Con John Lennon se murieron todas las esperanzas que se creían tener terminada la Segunda Guerra Mundial. Tantas ilusiones había de que el mundo pudiera ser libre y mejor. Pero la vida, esa que se especializa en ser injusta, se llevo consigo todo aquello bondadoso que podía dar el siglo veinte al morir John Lennon. Y aquí estamos, tanto tiempo después, arrasados por los excesos y vicios de este mundo.

Ese mundo que Lennon nos pidió imaginar esta lejos de ser hoy día. No, la globalización no ha representado aún ese camino de unión entre los pueblos, por el contrario, ha recrudecido la desunión. La religión sigue matando gente, las posesiones son lo que nos define ahora más que nunca.

Aquella revolución musical que John Lennon propició dio grandes frutos de los que gozamos aún hoy día, y solo podemos estar agradecidos por que ese pequeño granuja de Liverpool nos hubiese dado tantas satisfacciones. Así era Lennon, un nowhereman que no sabía a donde se dirigía, hasta que un día hizo de su propio mantra su única y verdadera religión: Jai guru deva om, nothing's gonna change my world.

Así fue una de las más grandes figuras del s. XX y de toda la historia de la humanidad. ¡Vaya que era más grande que Jesús!, y eso sin necesidad de proclamarse dios. 8 de diciembre es otro de esos días que deben vivir en la infamia, pues es tan poco el talento auténtico entre los seres humanos que una pérdida tan grande deja un hueco que simplemente no se puede llenar.

No hay palabras suficientes para expresar la tristeza que causa llegar cada año a esta fecha pensando en que el buen Lennon pudiese estar aún con vida, enseñándonos que cuando un sueño termina no es el fin de todo, pues es entonces que la realidad empieza y hay que luchar por ella.

El legado de John Lennon vivirá por mucho tiempo, tanto lo maravilloso hecho con The Beatles como todo lo espléndido que fue aquello que compuso como solista. Ahora más que nunca hay que estar dispuestos a empezar, ahora más que nunca hay que sumarse al sueño de Lennon, ahora más que nunca hay que imaginar que un mundo mejor, es siempre posible. No lo olvidemos, como decía el buen John, "love is the answer".

Gracias eternas, mi querido John.

(lamento no poder ponerles el video pero el estúpido youtube no me permite cargarlo, así que aquí les va el link, disfruténlo) http://www.youtube.com/watch?v=IhhJqJV_u6M


domingo, 5 de diciembre de 2010

Rusia si, Qatar no. PD: de Wikileaks para México

Primero lo primero. Aunque en Europa mi candidato era Inglaterra, tengo mucho respeto por la cultura rusa, sus grandes compositores, escritores, ajedrecistas, y demás genios que ha visto nacer dicha nación. No olvidemos que además la selección rusa ha avanzado bastante (poco le faltó para ir al mundial, en una eliminatoria de verdad), jugadores rusos como Arshavin están destacando en los torneos europeos, y millonarios rusos como Roman Abramovich han metido sus millones en equipos de otras ligas. En fin, aparte de ser una cultura rica y milenaria, un país de 144 millones de habitantes, , el territorio más grande sobre la tierra, Rusia esta pujando por un lugar en el panorama del fútbol, y tiene todo para realizar un evento deportivo de esa magnitud (de hecho ellos organizarán los juegos olímpicos de invierno Sochi 2014). Mis más cálidas felicitaciones a los rusos por su triunfo, y ojalá que sea una gran copa del mundo.

En segundo lugar, mi gran disgusto, Qatar. No es sólo el hecho de que sea un país del islam (si, ese punto me causa conflicto ¿y qué?), si no también el hecho de que pagarán ese mundial con su dinero mal habido del petróleo extraído de su árido terreno. Supongamos que paso por alto lo anterior, pero no me digan que un país de 900,000 habitantes puede hacer un mejor mundial que uno de 300,000,0000, cuenten los ceros de diferencia en las cifras y será fácil identificar que país se llenaría los estadios durante la competencia y cuál no. No tengo forma de sustentar lo que voy a decir, pero no puedo evitar pensar que los representantes de la candidatura de Qatar le llevaron un maletín con muchos petrodólares al señor Blatter, quién por supuesto no pudo decir que no a tanta tentación. Claro, es lo que yo pienso, más no tengo forma de probarlo, aclaro que solo es una conjetura. De la agradable temperatura de Qatar mejor pas de commentaires; y que tal su loco plan de ingeniería, bueno, tal vez sea el único punto destacable, pero la verdad me parece un derroche impráctico. Amén que esta decisión como a la gran mayoría del público no me gusto, y si Sudáfrica se quedo muy cerca del fracaso (que conste que España, Alemania y el pulpo Paul Requiescat In Pace, la salvaron de no serlo), Qatar va para alá, digo, para allá. La FIFA no aprende, o tal vez si ha aprendido demasiado bien pero en cuánto a la corrupción de alto nivel, la verdad es que no se sabe ni se puede asegurar dicha cuestión.

Hablaba yo de Wikileaks y de lo contento que me ponían sus fugas a mitad de semana (ni las fugas de Bach me causan tanta felicidad caray). Pues bien, el asunto México aunque no es tan escandaloso como yo hubiera deseado, si esta muy bueno. El asunto es muy simple: el ejército es cobarde e ineficiente en la "lucha contra el narco". Y no lo estoy diciendo yo, lo dice la embajada de Estados Unidos en México de parte del excelentísimo Carlos Pascual al Departamento de Estado de la señora Clinton. Lo más patético de este asunto es sin embargo los pueriles intentos de los políticos mexicanos a la hora de criticar a Julian Assange y sus Wikileaks, como Beltrones y su respaldo al presidente tan falso como solo las declaraciones de un político mexicano pueden ser (así es, no tengo con que comparar su falsedad, pues el político mexicano es lo más falso que existe en el universo, amén que hasta la teología es más verídica en sus sofismas y dogmas). Así si estoy de acuerdo con el intervencionismo de los Estados Unidos, claro, siempre y cuando se fugue lo que piensan en realidad, porque sus hipócritas felicitaciones no me las trago .

Una vez más, gracias San Julian Assange, ni Tomás de Aquino se te puede comparar (además el padre seráfico era un misógino asqueroso) tus fugas de información son música para mis oídos, y esos gringos que son muy cristianos tal vez deberían pensar en esto:" la verdad los hará libres". No siempre se puede saber la verdad, pero cuando si, no está de más.