lunes, 28 de junio de 2010

México: una critica, junio de 2010

México es mi país, aquí nací, aquí he aprendido lo poco que sé, y me siento orgulloso de ello. Pero la desgracia rodea a este pobre país. La derrota ante Argentina ya me la sabía, raro me hubiese parecido el resultado opuesto. El problema con este pobre país es que todavía no nos aprendemos a quejar, y lo que es peor, no nos ha pasado como sociedad por la mente el concepto que engloba la palabra exigir. A mi me parece comprensible que ante la manipulación televisiva que vendía a la selección como "el caballo negro" de este mundial, que digo como el caballo, como el candidato natural a campeón, el ánimo de la gente el domingo se viniera abajo. Lo que no entiendo muy bien es como es que en este país al final de las cosas no pasa nada. ¿Cuándo en la vida no vamos a ocupar de realmente cambiar las cosas?. Yo si le di la espalda, por ejemplo, a esta selección nacional de fútbol desde el inició, yo no me tragué el anzuelo para esta ocasión, yo si busqué, a mi manera, boicotear ese apoyo. El problema es que mis métodos no son los más ortodoxos(mi error), y siento que le gritó al desierto, aunque espero equivocarme y que mucha gente lea esto. Bueno, dejando de lado toda esta cuestión de si mi blog es leído, regreso a lo de la selección mexicana. Me parece que si la gente vio todo el "proceso" de la selección mexicana, debió rehusarse a apoyarla en ningún sentido, porque hasta para apoyar perdedores hay que tener sentido común (como yo, Inglaterra de acuerdo a su eliminatoria al menos daba expectativas, que haya terminado en fiasco es otra cosa).

Al igual que el fútbol, las estructuras deportivas del país deben ser cambiadas, y al igual que en el deporte, las estructuras políticas y sociales deben ser removidas. Yo no veo que es lo que México celebra en este bicentenario (del que hablaré cuando se acerquen las fechas apropiadas), pues por el deporte no va la cosa (olímpicos, mundiales de fútbol), ni por la cultura (por desgracia solo hay esfuerzos individuales y aislados que brillan en el extranjero por sus propios méritos), y de lo social y lo político ya ni hablamos .

Es hora de repartir culpas, no solo del resultado de la selección de fútbol, sino del incendiario escenario que vive México.

El gobierno, parcial, corrupto, irresponsable, mezquino, asesino, malo, feo, mendaz, ese que desde terminada la revolución nos viene prometiendo el sol la luna y las estrellas, ese que nos miente a diario con su falsa"lucha contra el narcotráfico" la cual no vale ni una gota de toda la sangre que ha derramado, que favorece a unos cuantos como los Gómez Mont, que golpean impunemente a familiares de jugadores en de la selección mexicana, o como los Azcárraga, que manejan el fútbol de México al digno estilo de la camorra italiana, ese gobierno que se viste de blanco, y azul, y verde, y rojo, y amarillos, y hasta de ecologista (ja, esa es muy buena, "ecologista"), y que nos la hizo en el '68, y en el '85 y en el '94 con el TLCAN, y en el '95 conla crisis, y en el 2006 con el cochinero electoral de las campañas sucias y el supuesto fraude que nunca se quiso aclarar,y que nos la esta haciendo hoy con las infames injurias electorales de un lado a otro. Esta gente ni política sabe hacer, porque hasta para lo más sucio hay que preservar la dignidad, porque la política debe hacerse con diálogos y debates duros, sarcásticos e hirientes si se quiere, pero muy inteligentes, sin insultar, sin rebajarse. Este gobierno es el promotor número uno de la impunidad y la corrupción, y es el primer pero no único culpable de que México fracase, en el fútbol y todo lo demás.

El gobierno también es proxeneta, tiene muchas putas, la más importante fue la iglesia en antaño, pero hoy es una quimera vulgar y mendaz y igual que el, una quimera de dos cabezas, las televisoras. "Ponte la verde"rezaba una de las cabezas de la quimera. Me parece increíble lo irrespetuosos que fueron en su morbo por la nota y búsqueda de la atención nacional con el caso de la niña Paulette Gebara Farah, como acosaron a esa familia, y a la hora del caso Diego Fernández de Cevallos la puta mediática se callara por respeto a la familia de este señor que no merece mención entre la gente honorable. Que molestó fue ver esto francamente, tan poco objetivo, tan parcial. Las televisoras no tienen derecho ha decir que promueven valores, como su propagandita chiquita y tan absurda como "Iniciativa México", no tienen credibilidad alguna, y lo demuestran con acciones como esta, con producciones tan vulgares como sus telenovelas, sus programas de chisme que nada tienen que ver con el genuino periodismo de espectáculos, con cosas tan infames como "muévete" que por suerte ya no existe, como "Laura en América", y ya no cito a más porque necesito todos los terabytes de capacidad de la red para mencionar uno por uno a los abortos tan groseros de la televisión mexicana.

Yo amó a mi país, la tierra en que nací, a mi me enorgullece ser mexicano, de la tierra de Octavio Paz el premio Nobel de Literatura, de Ana Gabriela Guevara campeona mundial de 400 m. planos en París en 2003, el país de Juventino Rosas y su "Vals sobre la olas", la nación de Benito Juárez, ese indio oaxaqueño que no sabía leer ni escribir y que vivía en la pobreza más terrible, y que un día nos enseño que "entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz". Yo soy de México, este bello y orgulloso país, y de ninguna forma me avergüenzo de haber nacido aquí, aunque en Estados Unidos no den un dolar por nosotros, aunque en Europa no den un Euro por nosotros, aunque en Japón no den un yen por nosotros, no me importa, porque México me vio nacer y me lo ha dado todo, porque es mi tierra y la amo como tal, eso es nacionalismo, no ponerme una playera verde durante noventa minutos.

A mi me duele la injusticia, la pobreza, la ignorancia que hay en México, pero ahí viene el mayor culpable, nosotros, nosotros como sociedad, porque vemos desde hace años, desde hace muchas olimpiadas, desde hace mucho mundiales, desde hace muchos gobiernos, que la casa se nos quema, y no le cambiamos nada al asunto, gritamos ¡fuego! y nadie escucha, no aprendemos la palabra exigir, no hemos sabido hacer nuestra propia revolución.

La revolución que nuestro país necesita empieza por nosotros, cuando en lugar de sándwich hacemos torta, cuando le cambiamos de canal al televisor al ver la infame calidad de nuestras televisoras, o mejor aún, mejor vemos una película de Alfonso Cuarón, o le apagamos para leer un libro, el cambio inicia cuando botamos a ala basura la música de Belinda y Paulina Rubio (que no son dignas de mención en mi blog pero a alguien tenía que citar como ejemplo) y escuchamos a Bach y a los Beatles, y también cuando aprendemos a respetar la diversidad sexual. Nos mereceremos otro país cuando desde nuestros hogares empecemos por cambiar ciertas cosas, cuando empecemos a exigirnos y exigir cosas mejores, tal vez entonces hagamos un papel decoroso en olímpicos, tal vez entonces nos merezcamos la copa mundial, tal vez el día en que escuchemos el grito de ¡fuego! y nos pongamos a apagarlo, tal vez entonces veremos un mejor mañana como lo tienen otros países.

Yo no se que hace falta para que nos duela nuestro México,¿ otra decepción en un mundial de fútbol acaso?, ¿más niños quemados como en la guardería ABC?, ¿más nepotismo de nuestros gobernantes?, yo no se, a veces siento que grito ¡fuego! en el desierto, pero gritar, no esta de más.

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