sábado, 15 de enero de 2011

"Hereafter" de Clint Eastwood


Para hablar del más allá se necesita comprender las consecuencias que este concepto tiene en la conciencia colectiva de los del más acá. Peter Morgan, guionista de esta recomendable película lo entiende muy bien.

Primero me gustaría abordar un poco el tema de Peter Morgan, ya que este guión es distinto a sus anteriores guiones. "La reina" y "Frost/Nixon" son películas esencialmente biográficas (si bien sólo abordan un capítulo en la vida de sus personajes), además de políticas, y manejan un nivel de tensión muy alto a lo largo del desarrollo de la historia. Por lo anterior digo que el guión de "Hereafter" es distinto, puesto que no tiene el mismo nivel de tensión, pero si posee mucha intensidad.

No es el mejor trabajo de Clint Eastwood ni de Matt Damon ni de Peter Morgan como director actor y guionista respectivamente, pero es un bonito trabajo, hecho con sencillez pero muy bien cuidado. "Hereafter" es una película que uno debe ir simplemente a disfrutar, sin pretenciosas expectativas.

Como decía al inicio, hablar del más allá no es sencillo si consideramos la controversia que puede resultar de una discusión al respecto entre los creyentes respecto a este. Pero la posición desde la que se nos cuentan las historias de "Hereafter" es muy inteligente, no se inmiscuye en ninguna controversia, muy por el contrario, nos hace reflexionar de forma positiva respecto al tema.

Esta historia hecha de historias es hasta cierto punto sencilla: la historia de George Lonegan, un medium de San Francisco atormentado por su don (Matt Damon); la de Marie Leylay, una reportera francesa en busca de respuestas debido a su propia experiencia cercana a la muerte (Cécile de France), y un niño llamado Marcus, que vive en Inglaterra que sufre una gran tragedia y busca una prueba fidedigna de la existencia del más allá (Frankie y George McLaren). A partir de todo esto se desarrolla el filme, hasta que en un punto todo converge de forma ideal.

La parte de la película que más me conmovió fue justamente la historia Marcus, simplemente porque una no puede evitar sentirse acongojado ante la tragedia, y menos si es un niño el que la sufre (aunque sea en el celuloide). La historia del personaje de Matt Damon, George, esta construida de una forma muy inteligente, pues su personaje tiene una vida miserable pero sin rayar en lo trágico, lo que no implica que sea más sencilla su tarea de revalorizarse a si mismo.  Marie tiene la vida perfecta, excepto por el hecho de que no es así, lo que nos remite a la pregunta eterna ¿que´necesitamos para despertar a la vida? ¿acaso hay que morir un poco?

Los planteamientos en esta película son todos muy interesantes, con lo que en mi opinión, sin ser necesariamente la película del año, es una obra recomendable, hecha para disfrutar y reflexionar sobre un aspecto que siempre nos atañe: si es que hay algo después de la muerte ¿que hay más allá? No está de más.